Después de estudiar gastronomía y trabajar en la Ciudad de México por algún tiempo, el chef Joaquín Cardoso viajó a Francia para continuar su formación. Estudió en el Instituto Paul Bocuse, trabajó con cocineros de la talla de Jean-Francois Piege e Iñaki Aizpitarte, y pasó por las cocinas de Place Athénée, de Alain Ducasse, Noma, de René Redzepi y Relae de Christian Puglisi.
Regresó a México —dónde pocos lo conocían— justo cuando ya tenía reconocimiento en Francia. Sin embargo no aterrizó en cualquier lugar: llegó a hacerse cargo de la cocina de Pujol, de Enrique Olvera, y después de unos años comenzó un largo y fructífero itinerario de colaboraciones que continúa hasta la fecha, diseñando y operando diversas propuestas de restaurantes, todas innovadoras, en diferentes partes del país, desde Monterrey hasta Mérida.