Ciencia
Científico mexicano
estudia el poder sanador de la música
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Imagen cortesía de ⓒEl País
Las investigaciones sobre las propiedades analgésicas de la música surgieron por inquietud de los dentistas, preocupados por la ansiedad y el dolor de sus pacientes.

Durante más de 10 años, el neurobiólogo mexicano Eduardo Adrián Garza Villarreal ha dedicado su trabajo a investigar la capacidad de la música para aliviar el dolor. “La música es algo que siempre ha sido parte importante de mi vida. Y aquí hay una vía que podríamos atacar que nadie ha visto”, afirma.

La música clásica, en especial la de Mozart, fue una de las primeras en ser investigadas por sus propiedades relajantes, al grado de que con el tiempo se ha impulsado el denominado “efecto Mozart”: al principio de los años noventa, el investigador Alfred Tomatis aseguró que las composiciones de Wolfgang Amadeus Mozart tenían la capacidad de influir en el comportamiento y el sistema nervioso e, incluso, curar casos de depresión.

“Nos dimos cuenta de que en realidad no importa el tipo de música, sino que influye más que te guste y que sea agradable para ti”, afirma Garza Villarreal.

En 2014, Garza Villarreal y su equipo reclutaron a 22 pacientes con fibromialgia para averiguar cuánto tiempo les tomaba caminar sobre una línea recta, dar la vuelta y sentarse, así como su propia percepción del dolor antes y después de escuchar la música. Los resultados derivaron en una playlist heterogénea que incluía a artistas de diversos géneros. Lo más importante es que los pacientes reportaron que bajó el dolor percibido y aumentó la movilidad de los pacientes.

Estudios como éste nos sugieren que cuando escuchamos música no sólo utilizamos los oídos. El cuerpo tiene varias funciones para reconocer los sonidos, pero también ocurren varios procesos cerebrales que convierten esa información sensorial en nociones de tono, ubicaciones y volumen que evocan memorias, inducen estados emocionales y liberan endorfinas, las cuales alivian el dolor y transmiten la sensación de bienestar.

Garza Villarreal cree que la música puede actuar como distractor, como algo que genera placer y que relaja, pero también cabe la posibilidad de que la música sea tan efectiva para reducir el dolor sencillamente porque los pacientes creen que tiene un efecto positivo. “En este punto, sabemos que es un efecto real, que la música reduce el dolor; es algo muy subjetivo, muy personal, pero sabemos que existe”, afirma el científico mexicano.

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Imagen cortesía de ⓒAlexander Podvalny
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