Sustentabilidad
Växjö, un modelo de sustentabilidad y
compromiso ambiental
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Fotografía cortesía de ©T. Hedley
La ciudad utiliza madera como recurso central en su arquitectura y energía, integrando desarrollo económico y responsabilidad ambiental.

Växjö, una ciudad al sur de Suecia, se ha posicionado como un referente mundial en la lucha contra el cambio climático. Desde 1996, el gobierno asumió el compromiso de convertirse en la primera urbe libre de combustibles fósiles. Este objetivo refleja su visión ecológica y su capacidad para aprovechar los recursos naturales que la rodean, en particular la madera, un material profundamente arraigado en la vida y tradición de sus habitantes.

Conocida como “el Reino del Vidrio” debido a su larga tradición en la fabricación de cristal, Växjö también tiene una historia notable en el uso de la madera como fuente de energía, práctica que se remonta al siglo XIX. No obstante, este material, que alguna vez sirvió como combustible convencional, ha sido clave en el camino hacia un futuro más sustentable. La madera ahora desempeña un papel central en la arquitectura de la ciudad: todos los edificios deben construirse utilizando este recurso natural. Este enfoque reduce la huella de carbono y beneficia a las empresas forestales locales, generando empleos y estimulando el crecimiento económico de la región.

Entre el paisaje boscoso de la ciudad, se aprecia la construcción arquitectónica que emula su entorno y lo utiliza como material.

En 2021, durante la Semana de Madera, la entonces alcaldesa Anna Tenje destacó los avances de Växjö en el uso de recursos forestales. Gran parte de la energía consumida en la ciudad proviene de los bosques locales, y se han implementado estrategias innovadoras, como el uso de ramas para fabricar mobiliario. Además, la replantación obligatoria de árboles después de su tala asegura la regeneración de los bosques, creando un ciclo sostenible y un constante crecimiento del material.

El compromiso ecológico de Växjö también se refleja en su sistema de transporte. Todo el transporte público, junto con la mayoría de los automóviles personales, funciona con biocombustible derivado de residuos orgánicos locales, especialmente alimenticios. A esto se suma la promoción activa del uso de bicicletas, para conseguir una movilidad más limpia y saludable.

La transformación de Växjö ha permitido reducir su dependencia de los combustibles fósiles, y esto la ha convertido en un modelo global de sustentabilidad. Este enfoque, que combina innovación tecnológica, desarrollo económico y responsabilidad ambiental, es un ejemplo inspirador para otras ciudades en el camino hacia un futuro más verde.

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Fotografía cortesía de ©John McConnico .

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