Los intentos de suplantación de identidad a través de llamadas telefónicas, mensajes o correos falsos son cada vez más frecuentes. Muchos estafadores se hacen pasar por instituciones financieras para obtener datos sensibles y cometer fraudes. Saber distinguir una comunicación legítima de un intento de engaño puede evitar riesgos innecesarios.
Una diferencia fundamental es quién inicia el contacto. Si eres tú quien llama al teléfono oficial de CIBanco (55 1103 1220 o 800 2524 226), es normal que se te soliciten algunos datos personales —como nombre, fecha de nacimiento o correo electrónico— para verificar tu identidad antes de brindarte atención. Esto forma parte del proceso de autenticación segura que se aplica en las instituciones bancarias.
En cambio, si alguien se comunica contigo afirmando representar al banco, no debe pedirte información confidencial como contraseñas, NIP, códigos, número CVV ni claves de acceso. Estos datos son personales e intransferibles, y ningún colaborador está autorizado a solicitarlos por teléfono, mensaje o correo.
Los intentos de fraude suelen presentarse con argumentos alarmistas: operaciones no reconocidas, bloqueos de cuenta o beneficios urgentes que exigen una respuesta inmediata. Este tipo de presión emocional es una señal clara de alerta. Ante cualquier sospecha, lo más recomendable es colgar y contactar directamente por canales oficiales.
En los últimos años, la Condusef ha alertado sobre el crecimiento de fraudes relacionados con llamadas telefónicas. Muchos casos implican técnicas de ingeniería social que buscan ganar la confianza del usuario para obtener datos críticos. Por eso es importante mantener una actitud preventiva: verificar la fuente de cualquier contacto y evitar actuar bajo presión.
Otra medida útil es activar notificaciones en tus aplicaciones bancarias y revisar con frecuencia tus movimientos. Esto permite detectar rápidamente cualquier operación irregular. Además, conviene tener a la mano los teléfonos oficiales y mantenerlos actualizados para evitar buscarlos en fuentes no confiables.
Tu información financiera es valiosa y debe resguardarse con atención. Conocer los protocolos adecuados y actuar con cautela son pasos clave para blindar tus datos en un entorno donde los riesgos digitales van en aumento.