Los intentos de fraude por vía telefónica son cada vez más frecuentes y emplean diversas estrategias para robar información personal o presionar a las personas a realizar pagos indebidos. Pese a sus distintas formas, todos tienen un mismo fin: obtener un beneficio económico a través del engaño. Estos son algunos de los más comunes:
Robocalls: mensajes pregrabados que simulan promociones o servicios, cuyo objetivo es que entregues información personal o dinero.
Llamadas fantasma: se cortan rápidamente tras un solo tono, buscando que marques de vuelta para confirmar tu número.
Suplantación de identidad: el número o la voz aparentan provenir de una institución bancaria, empresa reconocida o dependencia oficial.
En años recientes, estas tácticas se han vuelto más sofisticadas. Algunos delincuentes utilizan inteligencia artificial para simular voces de familiares o representantes institucionales. Esta modalidad, conocida como vishing, ha incrementado su presencia en México y representa un riesgo mayor por la facilidad con que genera confianza.
Otra forma creciente de estafa es el fraude por “paquetería fantasma”. Los delincuentes se hacen pasar por empresas como Amazon o DHL para informar sobre supuestos paquetes retenidos. Solicitan pagos o códigos de verificación para liberarlos. Solo en la Ciudad de México, este tipo de fraude aumentó un 222% durante 2024, según el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia.
El patrón es el mismo en muchos casos: el delincuente crea un escenario creíble y presiona a la víctima para que entregue voluntariamente su información, la cual luego es utilizada para cometer fraudes financieros, extorsiones o robos de identidad.
¿Qué puedes hacer para protegerte?
Cuidar nuestra información personal implica estar al tanto de las nuevas formas de fraude, actuar con criterio y compartir estas precauciones con quienes podrían ser más vulnerables, como personas mayores o jóvenes. La prevención es una tarea compartida.