Mientras la Estación Espacial Internacional (ISS) se prepara para su retiro en 2030, Japón avanza en nuevas soluciones para continuar los experimentos en microgravedad. Una de ellas es el MBS-LAB, un laboratorio en miniatura desarrollado por IDDK —una startup de alta tecnología creada por Toshiba— que será enviado al espacio para investigar enfermedades humanas desde un entorno controlado y autónomo.
Este pequeño dispositivo fue programado para despegar a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX, como parte de un nuevo modelo de investigación científica en el espacio: más accesible, económica y constante. Su objetivo es estudiar cómo se comportan las células humanas en microgravedad, con el fin de comprender mejor el crecimiento del cáncer, desarrollar tratamientos contra enfermedades como la hepatitis C y encontrar respuestas biológicas relacionadas con el envejecimiento.
El MBS-LAB se integra con un chip semiconductor 3D que contiene tejido humano, lo que permite simular órganos humanos en condiciones de microgravedad y transmitir imágenes y datos directamente a la Tierra. Este enfoque reduce significativamente el tamaño y el costo de los experimentos espaciales —menos de una décima parte de lo que cuesta realizarlos en la ISS— y permite investigar de manera más continua, automatizada y precisa.
La microgravedad transforma la forma en que las células se comportan. A diferencia de lo que ocurre en una placa de Petri, donde crecen sobre una superficie plana, en el espacio pueden formar estructuras tridimensionales similares a las que desarrollan dentro del cuerpo humano. Este entorno se convierte en un laboratorio natural para la medicina regenerativa y el diseño de nuevos tratamientos.
El dispositivo es transportado por la cápsula PHOENIX, desarrollada por la empresa alemana ATMOS Space Cargo, que ya ha demostrado su capacidad para lanzar y recuperar cargas biológicas desde el espacio, y será clave para futuras misiones de bajo costo en las que los experimentos puedan regresar a la Tierra para su análisis.
El lanzamiento del MBS-LAB marca un avance tecnológico que redefine la forma de investigar enfermedades, envejecimiento y regeneración celular en condiciones de microgravedad. Este enfoque inaugura una nueva etapa para la ciencia biomédica aplicada en el espacio. Con una misión comercial prevista para 2026, el equipo de IDDK busca consolidar este modelo y acercar la investigación espacial a problemas concretos de la vida cotidiana.